lunes, 22 de febrero de 2010

No hay mayor tristeza...


Muy pocas palabras tengo para contar lo sucedido...
Mis preciosos gatitos vecinos, tan amados, tan dulces....a quien podría ocurrírsele la idea de hacerles daño.
Eso es lo que yo pensaba....pero me equivoqué.
Titina y su hijo Steven siempre me salían a saludar, estaban felices y la vida era tan bella.
Pero el día 4 de Diciembre 2009 pasé por el frente de su casa y no vinieron, si me extrañé, pero no pensé en nada malo...
Al día siguiente supe lo terrible......un ser malvado los sacó violentamente de este mundo....
Mis preciosos y tiernos amiguitos fueron envenenados....casi muero de la tristeza.

Titincita y Steven, nunca los olvidaré y siempre vivirán en mi corazón.
Los amo por siempre, un día nos encontraremos nuevamente...

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