jueves, 2 de octubre de 2008

Y cuando se enferman...


Por querer tanto a nuestras mascotas, a veces por querer hacerles un bien, terminamos haciéndoles un mal.
Así sucedió por intentar sanar a Niña de una alergia... por aplicar un producto, terminé enfermando de otra cosa a mi gatita.
Amaneció muy desanimada, sin ganas de comer ni beber, apenas levantaba su cabeza y no obedecía a su nombre, es más ni siquiera miraba.
Veterinario urgente... una fiebre de 40,5 grados...
Un tratamiento intensivo de antibióticos y además de inyecciones para sacarla adelante rápidamente sin demorar más.
Afortunadamente esta vez fué sólo un gran susto, ahora se va recuperando y volviendo a su vida normal.
Claro que con tantos cuidados y tanto cariño, ahora es más regalona que nunca....!
De todas maneras, la lección es nunca dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, a veces es la diferencia entre vivir y morir.

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